Noche

Noche fría de invierno, noche que invita a desnudarse, a sincerarse, noche para refugiarse y disfrutar, noche de emociones y lágrimas.

Noche para sentir… Recuerdo esas noches que compartía sin saberlo, hace muchísimos años, con total intensidad. Noches en las que miraba a las estrellas buscando compañía mientras escuchaba música y me dejaba la voz en cada nota…

Noches para ilusionarse, para romper con el ritmo del día, noches que me gustaría que fuesen eternas…

Noches para el silencio, las miradas… noches para compartir. Noches para charlar durante horas olvidándote del tiempo… Noches para viajar, para transportarse a un lugar que aún no existe, un nuevo universo que se va creando a cada segundo, en tiempo real, a partir de dos personas, algo que es infinito…

Noches para desahogarse, para dejarse llevar sin saber dónde vas a terminar, noches para llorar…

Noches, al fin y al cabo… para soñar.

No somos nada sin una ilusión, un sueño, una esperanza…

Para mí es un momento muy especial y mágico… Cuántas veces me deleité mirando la luna… cuántas veces he buscado respuestas contemplándola… cuántas veces he querido anular todos mis sentidos para explotar el sexto…

Noches para la inspiración, para dejarme llevar, para evadirme, para flotar… fluir de forma natural.

Noches para acariciar el alma… cuántos años hace que dije eso…

Como siempre, yo y mis desvaríos emocionales…

La imagen mostrada pertenece a la galería de Flickr de kukkurovaca cuya licencia es Creative Commons.